En este siglo las condiciones laborales han experimentado un cambio radical, se acabó tener un empleo hasta la jubilación y acceder a un sueldo que permita vivir decentemente si no se tiene un cierta cualificación profesional o competencias tecnológicas (1).  Las nuevas generaciones que acceden al mercado laboral actualmente ya han asumido que el cambio será lo único constante a lo largo de su vida laboral. Pero en el siglo XX se aceptaba el trabajo duro a cambio de la seguridad ante el futuro incierto, ahora que los empleadores no pueden ofrecer seguridad resulta que los empleados están demandando empleo de  calidad y no sólo sueldo. Esta es la razón, en mi opinión, por lo que, aunque en España tenemos un paro estructural alto, las empresas tienen grandes dificultades para retener talento o para encontrar personal debidamente cualificado en ciertos sectores.

Antes se pensaba que la excelencia profesional se conseguía sacrificando la vida personal y familiar, dedicándose en cuerpo y alma al trabajo. Pero si dedicación extrema no proporciona seguridad ante el futuro, ¿De qué sirve el sacrificio? Por esto ahora los jóvenes reclaman que, ya que no tienen un trabajo para siempre, al menos que se lo puedan pasar bien mientras se trabaja, que la experiencia les sirva para encontrar un trabajo mejor y que el trabajo les permita tener una vida extralaboral: aficiones, relaciones personales y familiares y ocio.

Para muchas personas la vida laboral y la extralaboral son compartimentos estancos que no tienen relación entre ellos, sino que cuando dedicas más a uno, dedicas menos a otro. Pero este punto de vista puede no ser totalmente cierto. Sabine Sonnentag (2) de la Universidad de Mannheim (Alemania) se preguntó si el estrés laboral depende también de la vida extralaboral además de lo que pasa mientras se está trabajando. Y la a respuesta fue que mucho. Vamos a ver por qué.

Estrés y recuperación.

Muchas veces se ve el estrés como una reacción puntual ante un hecho amenazante, cuando en realidad el estrés es un proceso que se da a lo largo del tiempo, es una respuesta de adaptación que tiene dos fases: la fase de activación en la que se movilizan los recursos psicofisiológicos necesarios para afrontar la fuente de estrés y la fase de recuperación que consiste en que, una vez pasado el momento de actuar, se reponen los recursos fisiológicos y psicológicos gastados y se vuelve a la situación inicial (3).  

Si se aplican estos principios a las exigencias en el trabajo, se puede ver que durante la jornada laboral se produce la activación (aumento de niveles de cortisol, de noradrenalina, esfuerzos de concentración, de autorregulación, físicos, etc.) y cuando se acaba la jornada se inicia el proceso de recuperación, tanto más largo, cuanto más intensa haya sido la activación. La recuperación se vive como fatiga, es decir necesidad de reposo que facilita la reposición de los recursos gastados (4). Es decir, el estrés no se acaba cuando se actúa ante un problema, sino tras un cierto periodo de tiempo, cuando uno ya se ha recuperado y está listo para un nuevo reto. Pero si las exigencias laborales siguen presentes una vez acabada la jornada laboral, ya sea en forma de mensajes o de pensamientos, o el trabajador está expuesto a otras fuentes de estrés de carácter extralaboral, entonces se produce una interferencia en el proceso de recuperación y el trabajador no está en óptimas condiciones al día siguiente cuando debe ir a trabajar.

La recuperación es el punto clave que distingue el estrés agudo del estrés crónico (Ver Figura 1), el estrés agudo es una activación seguida de una recuperación que permite a la persona enfrentarse al siguiente reto. El estrés crónico consiste en activaciones sucesivas que se producen antes que se llegue a la recuperación de la anterior. Aunque cada activación no sea muy intensa el hecho que no haya recuperación produce una acumulación de carga que deja al individuo en una situación de estrés crónico que es un riesgo importante para la salud (5).

Figura 1.- Desarrollo temporal del Estrés Agudo y del Estrés Crónico. Tomado de J. Fernández-Castro. Libérate del estrés. RBA. 2019. Capítulo 2.

La recuperación se puede entender de dos maneras diferentes, aunque interrelacionadas. El primer enfoque consiste en centrarse en las actividades de recuperación, como por ejemplo hacer ejercicio físico, socializar con las amistades o dedicarse a cultivar aficiones. Naturalmente estas actividades requieren un esfuerzo, pero es un esfuerzo estimulante porque la motivación es intrínseca y están bajo el control de uno mismo.

La segunda manera de entender la recuperación es como una experiencia de recuperación, o sea los estados psicológicos que las personas pueden experimentan durante el tiempo no laboral. Estas experiencias comprenden la desconexión del trabajo, la relajación, la experiencia de crecimiento y aprendizaje y la experiencia de tener control sobre lo que se hace (6).

En general, enfocar la recuperación una actividad es útil cuando uno se pregunta cómo emplear el tiempo libre, mientras que el enfoque de la experiencia permite comprender por qué se produce la recuperación.

2.- Efectos de la recuperación extralaboral sobre el estrés laboral

Bueno, se ha expuesto el modelo de la recuperación, vamos a ver si hay datos a favor de este modelo. Como hemos dicho antes, la Profesora Sonnentag lleva años realizando estudios en esta línea y ha escrito importantes recapitulaciones de todos los datos obtenidos por su grupo y por investigadores de otras universidades (7). Vamos a hacer un resumen de estas evidencias.

La investigación sobre las actividades de recuperación no deja lugar a dudas, involucrarse en actividades de ocio (deportivas, sociales o creativas) llevan a un mayor bienestar a la hora de irse a dormir y a mayor vigor al día siguiente en el momento de ir a trabajar, este efecto es especialmente claro con actividades que impliquen ejercicio físico. Las actividades pasivas de descanso, como ver series en TV, no tienen este efecto. Las actividades que implican dispositivos electrónicos con pantallas, como juegos electrónicos, pueden producir un retraso en la hora de irse a dormir y consiguientemente sueño de poca calidad y más fatiga al día siguiente. En cambio, si esas actividades no afectan a las horas de sueño, entonces tienen un efecto de recuperación especialmente importante porque aseguran una profunda desconexión mental del trabajo.

Si se investigan las experiencias de recuperación durante el tiempo libre, también se llega a la misma conclusión, a más experiencias de recuperación, mayor bienestar al final del día y mayor vigor y motivación al día siguiente.

La evidencia empírica también ha descubierto estos procesos de recuperación se pueden producir, a diferente escala: en las pausas en el trabajo durante la jornada; durante el tiempo libre diario después del trabajo; en los fines de semana; o durante las vacaciones.

Los trabajadores que menos piensan en el trabajo durante el fin de semana, son los que más concentrados están el lunes por la mañana. Y los empleados que se pasan el fin de semana pensando en el trabajo, están más distraídos el lunes siguiente.

Algunos estudios sugieren que no todas las experiencias de recuperación tienen los mismos efectos, ni son útiles en todas las ocasiones.  Por ejemplo, la desconexión psicológica, que implica principalmente abstenerse de pensamientos negativos relacionados con el trabajo se relaciona con bajos niveles de afecto negativo, pero no con altos niveles de afecto positivo. Por otro lado, la relajación que se refiere a una activación baja se relaciona con el afecto placentero de baja excitación, pero no con otros estados afectivos como vigor o motivación alta. Aunque no todos estos resultados son coherentes.

Además, es posible que las experiencias de recuperación no sean igual de importantes en todas las situaciones. Por ejemplo, hay una interacción entre la desconexión psicológica al salir del trabajo y la angustia a la mañana siguiente, esta relación sólo es importante cuando el estrés de ese día había sido alto, lo que sugiere que el distanciamiento psicológico del trabajo es especialmente importante cuando el trabajo de ese día provocó niveles elevados de estrés

También se ha demostrado que la recuperación aumenta la eficacia del trabajo, o sea que no hay que olvidar que este efecto beneficioso no se queda en el bienestar subjetivo, sino que repercute en la productividad en el trabajo.

Un dato que no es nada banal se refiere a que, junto con la propia experiencia de recuperación, también es importante la experiencia de recuperación del cónyuge. Las actividades extralaborales realizadas en pareja favorecen la recuperación y la experiencia de recuperación del cónyuge parece ser un factor importante para experimentar recuperación uno mismo.

Finalmente, a largo plazo los resultados de la recuperación extralaboral son inconsistentes, posiblemente porque el vigor y la motivación en el trabajo a largo plazo no dependen únicamente de la capacidad de recuperación en el tiempo libre sino de otros muchos factores. Hace falta más investigación para precisar los efectos a largo plazo de la recuperación extralaboral.

La Paradoja de la recuperación.

Parece ser que el modelo de la recuperación funciona y bien, como mínimo en los periodos cortos de tiempo. Esto llevaría a una fácil solución: si alguien tiene estrés laboral que se vuelque en actividades de ocio y lo compensará. Pero no es tan fácil, la paradoja de la recuperación representa un grave obstáculo.

La paradoja de la recuperación ha sido descrita con precisión por la profesora Sabine Sonnentag. Esta paradoja parte de que las actividades y experiencias de recuperación no sólo predicen el bienestar, sino que el bienestar también favorece las actividades y experiencias de recuperación.  Los estudios intrapersonales han demostrado que el bienestar y el afecto positivo al final de la jornada laboral están relacionados con la elección de actividades de recuperación y con tener experiencias intensas de recuperación, pero cuando se experimentan emociones negativas al final de la jornada laboral, es menos probable elegir actividades de descanso activo.  Un hecho especialmente dramático es que a más ansiedad se tenga al acabar la jornada, más difícil es conseguir la desconexión mental del trabajo. O sea que la que las actividades y las experiencias de recuperación aparecen con más facilidad cuando menos se necesitan; en cambio en los momentos de gran estrés laboral es cuando cuesta más implicarse en actividades y experiencias de recuperación. Esta es la paradoja de la recuperación.

La paradoja de la recuperación consiste en que las persona se implican en actividades de descanso activo, cuando mejor están; pero cuando más lo necesitan, entonces no hacen nada.

Recuperación y resiliencia.

El pico de activación en situaciones de estrés es algo patente que llama la atención de las personas que lo sufren, pero la recuperación, o mejor dicho su ausencia, es algo que puede pasar desapercibido o que se subestima. Se suele ser más consciente de que uno está estresado de que aún falta algo de descanso para estar en forma. Es como cuando uno vuelve al trabajo enseguida después de una gripe y se da cuenta que, aunque ya no tenga fiebre, aún está fatigado

Hay que ser consciente de que estar atento a la recuperación y respetar sus tiempos es extremadamente útil. Ante la misma situación estresante, una persona que esté recuperada responderá con menos intensidad que una que no se ha recuperado aún. Si se van repitiendo los episodios de estrés y recuperación, se puede entrenar la resiliencia, es decir adaptarse a las situaciones estresantes, consiguiendo recuperarse cada vez con mayor facilidad. Sin embargo, enfrentarse a situaciones estresantes antes de haberse recuperado totalmente provoca que se inicie un círculo vicioso en el que aumentan progresivamente las reacciones al estrés y cuesta cada vez más recuperarse. Es un fenómeno parecido al del entrenamiento deportivo, los preparadores físicos de atletas de élite saben perfectamente que tienen que refrenar a los deportistas sus ansias de aumentar la carga de sus entrenamientos hasta que no hayan descansado suficientemente después del entreno anterior.

Figura 2.- Evolución del estrés cuando se deja que haya una recuperación completa (parte superior) y cuando hay exposición al estrés antes de llegar a la recuperación total. Tomado de J. Fernández-Castro. Libérate del Estrés. RBA. 2019,

El entrenamiento de la resiliencia, no es sólo una responsabilidad individual. Las empresas pueden facilitar los descansos a lo largo de jornada, fomentar las aficiones extralaborales de los empleados y respetar el tiempo de desconexión, con lo que conseguirían mejorar la resiliencia de sus empleados. La profesora Sabine Sonnentag también reporta algunas experiencias de intervenciones orientadas a mejorar la recuperación extralaboral que han tenido un cierto éxito.

5.- Conclusiones

Visto lo que sabemos sobre la vida después del trabajo, creo que está muy justificado que los jóvenes busquen un trabajo que les permita tener una vida propia y que se puede llegar a las siguientes conclusiones.

La recuperación es un derecho y una necesidad. Tener una vida, el poder relajarse y realizar diferentes actividades agradables cuando se acaba de trabajar, no solo se tiene que ver como un derecho de los empleados, algo a lo que aspiran, sino que también es una necesidad para rendir adecuadamente en el trabajo. Los jefes tendrían que recomendar a sus empleados al acabar la jornada: ¡Diviértete y olvídate del trabajo, disfruta!

La recuperación del trabajo cobra más importancia en la era del trabajo digital. El desarrollo tecnológico ha traído de la mano el teletrabajo, la digitalización, la automatización de las tareas más básicas, el hiper-control automatizado del empleado y la comunicación a distancia de los equipos de trabajo sin contacto personal. Estas circunstancias no hacen más que resaltar la importancia de prestar atención a la recuperación y al tiempo libre fuera del trabajo para poder hacer frente a las condiciones actuales de trabajo digitalizado

La recuperación del esfuerzo del trabajo se puede y debe fomentar.  La recuperación del estrés laboral y el fomento de la resiliencia no debe ser exclusivamente una responsabilidad individual, que también lo es, sino que se puede fomentar desde las empresas y desde la comunidad, para que el esfuerzo laboral sea saludable y no se limite a exprimir los recursos personales hasta el agotamiento.

Agradecimientos

Agradezco al Fermín Martínez Zaragoza profesor de la Universidad Miguel Hernández de Elche (España), que me haya introducido en el trabajo de Sabien Sonnentag y me haya mostrado la importancia de la recuperación extralaboral. Agradezco a Pilar Carasa su ayuda en la edición de esta entrada.

Notas

1.- Hay dos ensayos clave que analizan los cambios que se estaban experimentando en el mundo del trabajo a finales del siglo XX que, luego, se manifestaron en toda su crudeza en el siglo XXI, son:  El fin del trabajo. El declive de la fuerza del trabajo global y el nacimiento de la era posmercado del economista estadounidense Jeremy Rifkin publicado en 1995 (Publicado en español por Paidós en 1997) y La corrosión del carácter: las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo, del sociólogo Richard Sennett publicado en 1998 (Y en español en Anagrama en 2006)

2.- Sabine Sonnentag es una psicóloga alemana especializada en Psicología del Trabajo que empezó sus estudios en la Universidad Libre de Berlín (Alemania) y pasó por diversas universidades como la Universidad Técnica de Braunschweig (Alemania), la Universidad Justus Liebig de Giessen (Alemania) y la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) hasta que en 2010 fue nombrada Catedrática de Psicología en la Universidad de Mannheim (Alemania) donde aún continúa. Tiene una larga lista de investigaciones publicadas, en esta entrada seguiremos especialmente su artículo: Sonnentag, S., Cheng, B. H., & Parker, S. L. (2022). Recovery from work: Advancing the field toward the future. Annual Review of Organizational Psychology and Organizational Behavior, 9, 33–60. 

https://doi.org/10.1146/annurev-orgpsych-012420-091355

3.- Estos son los principios del Modelo de esfuerzo-recuperación del estrés (ERM, en sus siglas en inglés) propuesto por Theo F Meijman y Gijsbertus Mulder, ambos de la Universidad de Groninga (Países Bajos), ver: Meijman TF, Mulder G. 1998. Psychological aspects of workload. In Handbook of Work and Organizational Psychology, Vol. 2: Work Psychology, ed. PJD Drenth, H Thierry, pp. 5–33. Hove, UK: Psychol. Press.

También se puede leer más sobre este modelo en mi libro: Libérate del Estrés. RBA. 2019.

4.-He tratado el tema de la fatiga en otra entrada de este blog: TRABAJAR NO CANSA; TRABAJAR SIN GANAS, SÍ, en el que se expone que la fatiga se puede entender como un aviso de la necesidad de cambiar de actividad.

5.- Curiosamente los episodios aislados de estrés agudo no representan un riesgo para la salud, pero se ha comprobado que el estrés crónico de baja intensidad y de larga duración es un factor de riesgo de primer orden para numerosas enfermedades (Cohen S, Murphy MLM, Prather AA. Ten Surprising Facts About Stressful Life Events and Disease Risk. Annu Rev Psychol. 2019 Jan 4;70:577-597. doi: 10.1146/annurev-psych-010418-102857)

6.- Ver: Sonnentag S, Fritz C. 2015. Recovery from job stress: the stressor-detachment model as an integrative framework. J. Organ. Behav. 36(Suppl. 1): S72–103. Se ha propuesto añadir otras dos experiencias: la experiencia de hacer cosas con sentido y significado, y pertenecer a un grupo (Newman DB, Tay L, Diener E. 2014. Leisure and subjective well-being: a model of psychological mechanisms as mediating factors. J. Happiness Stud. 15:555–7)

7. Ver el artículo citado: Recovery from work: Advancing the field toward the future; y tambien: Sonnentag S, Venz L, Casper A. 2017. Advances in recovery research: What have we learned? What should be done next? J. Occup. Health Psychol. 22:365–80

5 comentarios en “¿Vivir para trabajar o trabajar para vivir?

    1. Jordi, gràcies per llegir-ho i comentar-lo. Efectivament els estudis sobre la recuperació semblen confirmar el que tothom intuïa però, és clar, cal aportar evidències.

  1. Moltes gràcies, Jordi, Molt interessant, molt ben exposat, i molt necessari. I com dius, aportar evidències és fonamental. No sempre les intuicions van en el mateix sentit que les evidències! És clar que no només cal aportar-les per aquest motiu! ???? Gràcies i continuem llegint-te!

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