Se habla mucho actualmente de la polarización de la sociedad, especialmente en el terreno politico. Ante asuntos de interés general se forman opiniones contrapuestas y antagónicas que se excluyen entre sí y no admiten negociación, ni buscar una vía intermedia. La personas se adhieren a uno de los bloques y parece que lo tengan que asumir íntegramente. El caso del Brexit en el Reino Unido fue un claro caso de polarización en el que los dos bloques parecían irreconciliables. Para entender la polarización de nuestras sociedades, hay que contemplar diferentes aspectos, sociales, económicos, políticos, pero junto todos estos factores se descubre que la polarización social tiene su caldo de cultivo en la tendencia de las personas a usar el pensamiento dicotómico.
Reducir la realidad a dos alternativas.
El pensamiento dicotómico, que también se llama pensamiento «blanco o negro», es la tendencia a evaluar las experiencias y los hechos de la vida en dos categorías mutuamente excluyentes en lugar de reconocer que pueden ser clasificadas a lo largo de diferentes escalas continuas que varían gradualmente.
Por ejemplo, entremos en un mercado (de los de proximidad en los que se ven los productos sin estar envueltos en plásticos); hay una gran cantidad de alimentos: vegetales, animales, de diferentes colores, de diferentes gustos y propiedades. Pero hay personas que simplifican esta extraordinaria variedad de alimentos y los clasifica en alimentos saludables o no saludables (o que engordan o no engordan, o algo parecido). Eso es pensamiento dicotómico. Obviamente buscar comida saludable es algo totalmente recomendable y diría que prácticamente obligatorio para mantener la salud, pero clasificar los alimentos en una dicotomía, dos categories rígidamente excluyentes, saludable o no saludable, no te lleva necesariamente a comer mejor sino que puede ser el preludio de algunos trastornos alimentarios.
La capacidad de organizar la realidad en dicotomías tiene un origen práctico y muy útil, imaginemos que se tiene que elegir entre dos opciones: ir de vacaciones con un grupo numeroso de amigos y a una casa rural en un sitio perdido en la montaña o ir con tu pareja a un hotel de la costa, todo incluido. Bueno quizás muchos lectores lo tengan claro, pero en cada una de las dos alternativas puede haber cosas que gusten o no, por ejemplo puede gustar ir a la montaña, pero no en un grupo muy grande. Si se quiere decidir puede ser útil aplicar el pensamiento dicotómico a cada uno de estos aspectos por separado; por ejemplo: ¿Qué prefiero ir en pareja o en grupo? ¿Campo o playa? ¿Apartamento o hotel? ¿Fijos en un sitio o hacer una ruta? ¿Gastar poco o no reparar en gastos? Si se contesta cada una de estas preguntas (esto se llama aislar las dimensiones de una toma de decisiones) se obtiene el perfil de tus preferencias, entonces se trata ahora de escoger el plan de vacaciones tenga más aspectos positivos que negativos.
Por lo tanto usar dicotomías para analizar problemas en aspectos concretos puede ser útil, pero usarlas para interpretar la realidad y nuestras experiencias de forma global es harina de otro costal, especialmente cuando queremos reducir la totalidad de la realidad a sólo dos alternativas; la buena y la mala. Algunos psicólogos evolucionistas explican que quizás este pensamiento dicotómico maniqueo (dividir la realidad en «lo bueno» y «lo malo») pudo ser adaptativo para los humanos durante su evolución, cuando podría ser útil para la supervivencia ahorrar dudas o deliberaciones a la hora de encontrar pareja o asociarse con otros para obtener alimento o defenderse. En momento de necesidad, quizás es práctico distinguir rápidamente la seguridad (los tuyos) del peligro (los otros o lo de fuera). Pero esta simplification se ha vuelto un inconveniente en nuestra sociedad actual culturalmente compleja.
El pensamiento dicotómico global no refleja la realidad sino una manera de ver e interpretar la realidad. En la Figura 1 se pueden ver los seis pasos con los que se llega al pensamiento dicotómico:
1r Paso. En principio, las experiencias que provienen de la realidad son diversas, variadas y hasta caóticas.
2º Paso. Se empieza fijándose en un un aspecto de la la realidad (un estándar, una dimensión), que se puede separar en dos extremos claramente diferenciados y que tienen un contenido afectivo intenso. Este estándar varía según las personas, para algunas puede ser las salud, pero también las opciones políticas, el grupo étnico o social, el género, la religión, el éxito social o económico, pero siempre referido algo que repercute en uno mismo de manera profunda y afectiva.
3r Paso. Después se relaciona toda la diversidad bien con un extremo o bien con el otro.
4º Paso. Ahora viene un golpe maestro, se ignora todo aquello que no puede ser clasificado fácilmente según el estándar escogido.
5º Paso. Ahora se minimizan los aspectos negativos de lo que me gusta y los positivos de lo que no me gusta.
6º Paso. Finalmente, sólo queda adherirse de manera íntegra al aspecto deseable. y rechazar íntegramente el otro, y así se llega a una perfecta aplicación del pensamiento dicotómico. Son dos bloques monolíticos y homogéneos.
El problema está en que creemos que esos dos bloques antagónicos están en la realidad y esto no es cierto, esos bloques están en nuestra mente, o en nuestra manera de entender la realidad.
Pensamiento dicotómico y perfeccionismo.
El perfeccionismo es una característica de la personalidad que impele a quien la posee a intentar hacer las cosas lo mejor posible aunque sea a costa de una gran dedicación, pero la investigación en este campo ha demostrado de forma reiterada que un exceso de perfeccionismo genera problemas importantes, porque las personas muy perfeccionistas en lugar de hacer mejor las cosas, sufren por no conseguir resultados perfectos, aunque sean muy buenos. Pues bien, la Dra Sarah J. Egan de la Universidad Griffith, en Australia, ha demostrado en un estudio que la clave para distinguir a los perfeccionistas que consiguen sus objetivos, de los que se enredan en ellos es el pensamiento dicotómico. O sea que si una persona perfeccionista piensa dicotómicamente, su perfeccionismo se le vuelve en contra.
Parece que el pensamiento dicotómico es más frecuente en personas con un menor nivel educativo y se da por igual en diferentes culturas. Por otra parte el pensamiento dicotómico está asociado (aunque no sea su causa) con diversos trastornos como los de control de la agresividad, de la conducta alimentaria, los obsesivo compulsivos y los trastornos de la personalidad.
Estás conmigo o estás contra mi.
La frase estas conmigo o estás contra mi es la quintaesencia del pensamiento dicotómico. Es una frase atribuida a diferentes líderes políticos (especialmente cuando sus convicciones democrática pueden se puestas en duda), pero creo que siempre se debe dudar de las atribuciones de paternidad de las frases famosas. Sin embargo, puedo asegurar que lo han dicho tanto Darth Vader en Star Wars, como Cersei Lannister en Game of Thrones. Esta frase es además un ejemplo de la falacia denominada falso dilema y que es conocida en la Lógica clásica desde tiempo inmemorial. Un falso dilema se produce cuando se ofrece elegir forzosamente entre dos alternativas ocultado que pueden haber otras. Este falso dilema es un instrumento de manipulación política tremendo. Si quieres que te apoyen, dices que solo hay una alternativa a tu propuesta y que esta alternativa es terrible, porque es la de los otros que son muy «malos», ocultando otras vías intermedias posibles. Este falso dilema viene acompañado del desprecio del equidistante o la famosa frase que dice: Hay que tomar partido, que en realidad es Hay que tomar partido a mi favor.
«…el pensamiento dicotómico hace a una persona más vulnerable a la manipulación.»
Desde la gran crisis económica del 2008, se han ido produciendo en el mudo grandes cambios que han sido la base de la polarización: el aumento de la automatization en la producción industrial, la globalización, la pérdida de buenos trabajos para la clase obrera, grandes movimientos migratorios producidos por guerras, violencia o extrema pobreza, cambio climático, hasta la reciente pandemia. La élites dirigente del siglo XX han ido mutando y, han aparecido populismos de diferentes tipos que buscan la confrontación más que el consenso. Los medios de comunicación, las redes sociales y las estrategias electorales facilitan la manipulación porque se tiende a buscar información y a interactuar con medios y personas afines al ámbito ideológico, étnico o social propio, con lo que se refuerza la polarización. ¿Qué influencia tiene el pensamiento dicotómico en la polarización actual? Yo diría que el pensamiento dicotómico no es el origen de la polarización que se puede explicar por los acontecimientos sociales que acabo de citar, el pensamiento dicotómico influye en que hace que las personas con propensión a esta forma de pensar sean presas fáciles para la propaganda polarizadora, el pensamiento dicotómico hace a una persona más vulnerable a la manipulación. Es decir que el pensamiento dicotómico quizás no origine la polarización sino que permite que se difunda. Por lo tanto para combatir la polarización y la manipulación tenemos la educación, el pensamiento crítico que deshaga falsas dicotomías y la diversidad y libertad de las fuentes de información. Respecto este último punto se ha echado mucha culpa a a redes sociales de la polarización, pero Nejla Asimovic y otros colaboradores de la Universidad de New York en una investigación reciente han demostrado que abandonar Facebook no reduce la polarización en un contexto de enfrentamientos étnicos sino que la aumenta, por lo no no debemos tener miedo a las redes (aunque con demasiado frecuencia se expresen estupideces) porque siempre es peor el aislamiento social y la falta de comunicación con diferentes personas.
En conclusión
El conclusión el pensamiento dicotómico es una organización simple, y muy primitiva, de nuestras experiencias que es útil para analizar problemas concretos pero que induce a errores cuando lo usamos globalmente. Es como pensar que algo es cierto si lo contrario es falso (podrían ser falsos los dos puntos de vista).
Yo no recomendaría a nadie ver el mundo en blanco o negro de manera dicotómica. Es un camino directo a ser infeliz, no te hace más ético, sino sólo más intransigente y, quizás aún más importante, no se tendrá una visión racional del mundo.
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