Debatir ideas y argumentos entre personas que piensan de manera distinta debería ser algo sano que llevase a mejorar la comprensión mutua. Pero si las ideas que se defienden van cambiando en función de los ataques que se reciben, no hay manera de entenderse. Este vaivén en los postulados que se defienden se ha llamado la Falacia de la Mota Castral (En inglés: Motte and Bailey) que fue descrita en 2005, por el filósofo Nicholas Shackel (1)

Esto de la mota castral es una metáfora para explicar la falacia. Una mota castral es un poblado en el que hay una mota rodeada de un castro. La mota consiste en un torreón alto, sin ventanas y fortificado que es fácil de defender, pero que es muy incómodo para vivir, estrecho y oscuro. Alrededor de la mota hay una aldea con casas, huertos y cuadras delimitado por una cerca o muralla baja, eso es un castro en donde se vive mejor, aunque, claro, es más difícil de defender. La virtud de la mota castral es que aprovecha las funciones de sus dos partes según las circunstancias: en los tiempos de paz, se vive en el castro cultivando y criando ganado, pero cuando hay un ataque la población corre a refugiarse en la mota. Cuando los atacantes se convencen de que la mota es inexpugnable, se van y, entonces, los aldeanos podrán volver en seguida a vivir tranquilamente en la explanada del castro.

Veamos en un ejemplo sencillo como se aplica esta metáfora a una discusión de ideas:

  • Persona A: La astrología me proporciona una guía para tomar decisiones importantes
  • Persona B: La verdad es que no hay pruebas científicas que apoyen la astrología.
  • Persona A: La luna causa las mareas en la Tierra, ¿No va a tener ningún efecto sobre las personas? ¿Dices que los que los humanos no se ven afectados por la naturaleza?

Aquí hay dos posiciones diferentes, la posición castro es: La astrología, a partir de las posiciones de los cuerpos celestes, hace predicciones científicamente válidas sobre la personalidad y el comportamiento de las personas. Es muy sugerente, da ideas y puede ser fácil vivir con ella, pero es muy difícil de defender. La posición mota es: Los seres humanos se ven afectados por las fuerzas naturales, incluida la gravedad de la Luna. Es una afirmación más modesta y fácil de defender que la posición anterior. La falacia consiste en que la persona A considere que el hecho de que la persona B no sea capaz de desmontar la posición mota, sea una prueba a favor de la posición castro.

El Castillo de la Mota (Wikimedia Commons)

Veamos otro ejemplo:

  • Persona A: La realidad no existe, es sólo una construcción social. Verdad o mentira, el bien o el mal son opiniones de las personas determinadas por las relaciones de poder.
  • Persona B: Bueno, el cáncer o un terremoto no son opiniones, son realidades que existen independientemente de lo que se opine.
  • Persona A: No todas las personas ven las cosas de la misma manera, la sociedad influye en el punto de vista de cada persona, ¿Pretendes convencerme de que sólo existe una verdad única?

Aquí la posición castro es que la realidad es una construcción social, y la posición mota es que la sociedad influye en el punto de vista de las personas. No poder rebatir la posición mota, no significa aceptar la posición castro. Pero da igual, los aldeanos de la mota castral, una vez repelido el ataque a la idea-mota, se vuelven tranquilamente a vivir en la idea-castro.

Shackel desarrolló el análisis de las trampas retóricas de esta falacia para criticar lo que se ha denominado pensamiento postmoderno como el de Focault, Lyotard o Derrida (2). Su principal argumento es que estos autores le dan dos significados diferentes para cada idea importante: Realidad, verdad, conocimiento, lenguaje, etc. Uno de los significados es riguroso, con límites y bien definido (mota), y el otro significado es mucho más polémico, genérico y difuso (castro). Pues bien, Shackel analiza los textos y defiende que esos autores utilizan un significado u otro según les convenga a su argumentación.

Se ha aplicado la falacia de la mota y el castro a diferentes posiciones y ámbitos (3). Por ejemplo; en el feminismo en posición mota es decir que el feminismo consiste en defender la igualdad de mujeres y hombres, y una posición castro seria decir que el feminismo es un movimiento anticapitalista que lucha contra el privilegio masculino. Una posición mota respecto el cambio climático es defender que existe un calentamiento global progresivo producido por la actividad humana y una posición castro sería defender que si no se dejan de utilizar combustibles fósiles de todo tipo de manera inmediata, habrá un apocalipsis mundial con guerras y hambrunas.

Podemos decir que defender que existe un Dios creador del cielo y la tierra es una posición castro, mientras que la posición mota sería decir que Dios es una palabra que se usa para denominar lo bueno y lo bello de la vida. Defender que conseguir la paz mental es la mejor manera de curar las enfermedades, incluso las más graves es una posición castro, mientras que la posición mota sería decir que el estado de ánimo influye en el cuerpo.

El transhumanismo defiende una posición castro, que es que en el futuro las personas incorporarán tecnología en sus propios cuerpos para substituir los órganos biológicos por tecnología de inteligencia artificial, la idea mota es que la tecnología avanza continuamente y que no sabemos dónde está el límite.

Otra posición castro es defender que la racionalidad humana sólo se consigue cuando se aplican principios matemáticos como el cálculo de probabilidades condicionales, que se alía con una posición mota que defiende que la racionalidad es cualquier habilidad cognitiva que lleve a conseguir metas de manera eficaz.

Bueno, una cosa importante es que no estoy diciendo que las posiciones castro sean falsas, ni mucho menos. No se trata de juzgar las posiciones, sino la manera de argumentar. Lo que quiero decir es que cualquier posición puede tener una versión castro: generalizada, sin límites, radical, pero con muchos puntos flacos o una versión mota:  depurada, bien definida y difícil de rebatir. Lo que dice Shackel es que no es de recibo empezar con una opinión castro y al ser cuestionado exponer la versión mota insistiendo en que solo está exponiendo algo muy modesto. Cuando el crítico le da la razón en la opinión modesta (la mota), el argumentador puede afirmar que su argumento básico no ha sido refutado porque pone al mismo nivel la versión mota que la versión castro.

Antes de acabar una nota al margen, quizás alguien se pregunte porque se compara un debate de ideas con una guerra medieval. Pues este es el problema, cuando la discusión se convierte en una competición para ganar no hay escrúpulos y la tentación de hacer trampas (usar falacias) para ganar es muy poderosa.

Supongo que el lector ha descubierto el antídoto a esta falacia que consiste en formular la pregunta clave: ¿De qué estamos hablando? (4)

Notas.

1.- En 2005 Shackel era profesor de filosofía en el King’s College de la universidad de Aberdeen que está en el Grampian escocés (UK) y ahora está en la galesa Universidad de Cardiff (UK). El artículo en cuestión es: Shackel, Nicholas 2005. The vacuity of postmodernist methodology. Metaphilosophy 36 (3) , pp. 295-320. 10.1111/j.1467-9973.2005.00370.x

2.- Algunas de las obras que analiza Shackel son:

Berger, P. L. & Luckmann, T. 1967. The Social Construction of Reality: A Treatise in the Sociology of Knowledge. London: Penguin.

Bloor, D. 1991. Knowledge and Social Imagery. 2nd ed. Chicago: University of Chicago Press.

Derrida, J. 1976. Of Grammatology. Translated by Spivak, G. Baltimore: Johns Hopkins University Press.

Foucault, M. 1972. Truth and Power. In Power/Knowledge. Ed. Gordon, C. New York: Pantheon.

Lyotard, J. F. 1984. The Postmodern Condition: A Report on Knowledge. Translated by Bennington, G. and Massumi, B. Minneapolis: University of Minnesota Press. Reprinted in — Ed. Cahoone, L. E. 1996. From Modernism to Postmodernism. Oxford: Blackwell.

3.- Estos ejemplos provienen de textos que aplican esta falacia a diferentes ámbitos como el de Scott Alexander (https://slatestarcodex.com/2014/11/03/all-in-all-another-brick-in-the-motte/)

O el de M. A.  Quintana Paz

(https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2019-06-06/la-falacia-quiza-mas-peligrosa-de-cuantas-hoy-circulan-por-ahi/)

4.- Para completar esta entrada no puedo menos que recordar que en mi formación académica, bastante clásica, se solía empezar cualquier tema con las definiciones básicas junto con los axiomas y supuestos básicos y, luego, ir al planteamiento del problema y su desarrollo. Esto de empezar por las definiciones es algo bastante aburrido. No creo el profesorado universitario actual se atreva a empezar una materia con las definiciones, se prefiere un chiste, claro.  Creo que el estructuralismo es responsable del descrédito de las definiciones. Al sostener que las cosas no tienen esencia propia, sino que todo depende de las relaciones entre los elementos (la estructura, el sistema diríamos ahora), se entiende que algo puede ser una cosa y su contraria dependiendo del contexto, en mi opinión esta idea se ha convertido en una autopista para la entrada triunfal de la Falacia de la mota castral que es algo típico del siglo XXI.

4 comentarios en “La mota y el castro: cuando el debate de ideas se vuelve una lucha medieval

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