Finlandeses, jóvenes, informáticos, … irremediablemente la realidad se percibe en forma de categorías: personas, objetos, animales, alimentos, todas las experiencias se agrupan y clasifican. Dado que el mundo es muy complejo y la capacidad cognoscitiva humana es limitada, agrupar en categorías es una forma práctica de ahorrar esfuerzos mentales. Pero, claro, esta simplificación tiene contrapartidas. Los casos que van a contracorriente no se tienen en cuenta, como por ejemplo jóvenes que amen la ópera, informáticos que bailen ritmos caribeños con gracia o finlandeses charlatanes que no paren de explicar chistes. Es decir, al agruparlo todo en categorías se presupone que siempre son homogéneas y por eso se excluye, implícitamente, los casos atípicos. La explicación de esta tendencia está en los prototipos que se forman para representar el concepto de cada categoría. Vamos a hablar de esto y ver cómo influyen en la vida diaria.

Un poco de teoría.

Esta simplificación de la realidad a la que llamamos “conceptos” es totalmente imprescindible para pensar y comunicarse. Imaginemos decir: “llegamos a un establecimiento público en el que se puede obtener bebidas y alimentos a cambio de un pago estipulado, pero no nos quedamos porque no encontramos suficientes objetos móviles con cuatro patas, una superficie horizontal a 42 centímetros de altura, dotada que de una superficie lateral que se eleva a partir de una parte del perímetro de la superficie horizontal”, es mucho más fácil decir bar y silla que tener que describir cada vez lo que es un bar o una silla. Si alguien dice que tiene una nueva mascota, un gato o un perro, automáticamente aplicamos lo que sabemos sobre gatos o perros, no nos hace falta que nos expliquen más, usamos los conocimientos que tenemos asimilados. Los conceptos son fundamentalmente prácticos, para no estar aprendiendo de nuevo cosas que ya sabemos. Los conceptos también sirven para que no nos dejemos llevar por las impresiones momentáneas. Una pelota deshinchada sigue siendo una pelota, una lavadora vista por detrás es una lavadora, si se va el finlandés y vuelve después seguirá siendo finlandés. Las cosas no cambian solamente porque cambie nuestro punto de vista sobre ellas.

La teoría clásica de la formación de conceptos lógicos parte de que cada experiencia momentánea se puede analizar en rasgos, por ejemplo, una imagen tiene un color, forma, tamaño, sobre todo y, por su parte, un sonido puede tener timbre, ritmo, intensidad, duración y otros más. Pero se identifican los miembros de una categoría en función solo de lo rasgos que son distintivos y entonces los llamamos atributos. Por ejemplo, los atributos de automóvil, hoy en día al menos, serían ser un vehículo, ser terrestre, tener un motor propio, tener un volante, necesitar un conductor, transportar un grupo pequeño de personas. No importa el color, ni si el motor es de gasolina o eléctrico, o si los asientos son de plástico o de cuero. Para decidir si algo es un automóvil hay que fijarse en los atributos relevantes y no hacer caso de rasgos que no son esenciales para la clasificación, esta operación cognoscitiva se llama abstracción.

Los conceptos naturales son blandos.

Ese punto de vista lógico basado en los atributos y en la abstracción fue barrido por Eleanor Rosch (New York, 1938), actualmente Profesora emérita en Berkeley, Universidad de California, que estudió la estructura y el uso de los conceptos naturales con una larga serie de diferentes investigaciones en los años setenta del siglo pasado. Formuló la teoría de los prototipos que aún es vigente. Rosch descubrió que los conceptos naturales, lo que usamos las personas en nuestra vida diaria, son difusos y son muy diferentes de los conceptos lógicos, que se usan cuando se hacen razonamientos matemáticos. Por ejemplo, triángulo y cuadrado son conceptos lógicos que se pueden definir claramente: uno es un polígono de tres lados y el otro un polígono de cuatro lados. No existen estadios intermedios, no hay polígonos de 3 lados y medio. Por lo tanto, ante un polígono se puede decidir sin ningún género de duda si es un triángulo o no. Pero con los conceptos naturales eso no pasa. Pensemos en el concepto de juego o de deporte. Juego es una cosa y deporte otra, pero sus límites son difusos, hay cosas que son juegos como el escondite y otros deportes, como el atletismo, pero el fútbol es un deporte, y también un juego.

Figura 1. Los conceptos naturales son como dunas, puedes identificar claramente las crestas ques están separadas pero están unidas por la base y no se sabe cuando acaba una y empieza otra. Los conceptos lógico-matemáticos son como contenedores están separados, lo que hay en un contenedor, no puede estar en el otro.

Ejemplares típicos y representatividad.

Una de las técnicas de Rosch fue proporcionar listas con diferentes miembros de una categoría (Como muebles, frutas, aves y otras parecidas) y pedir a los participantes que los puntuaran según el grado en el que los consideraban típicos. Se vio claramente que aparecía una gradación; algunos ejemplares eran muy típicos, otros menos típicos y algunos muy poco típicos. Una manzana era una fruta típica, pero un melón o una piña eran poco típicos, o una silla era un mueble típico, pero no una mecedora o una cuna.

De manera que no todos los miembros de una categoría son exactamente iguales, las categorías no son homogéneas. Unos ejemplares son más representativos que otros. Los ejemplares típicos son los que tienen los atributos más frecuentes entre los miembros de la categoría, pero no solo la frecuencia es importante, también lo es que sean distintivos. Por ejemplo, un avestruz tiene pico y plumas como el resto de aves, pero no vuela y corre por la tierra como muchos mamíferos, por lo tanto, es menos distinta de otras categorías de animales y menos típica de las aves. Un guisante tiene los atributos de las leguminosas, es decir que es un fruto que crece en un hilera dentro de una vaina, pero es de color verde y eso es un atributo característico de otra categoría cercana, las verduras, por eso los guisantes son vistos como una leguminosa atípica, en contra de las habichuelas o garbanzos que son muy típicos. 

Estructura probabilística de los conceptos naturales

Como se acaba de ver, los conceptos naturales no tienen una lista de atributos cerrada, porque algunos no son imprescindibles. Por eso, la teoría de Rosch propuso que las personas forman prototipos para representar categorías y que un prototipo es el ejemplar más representativo de una categoría, el que más rasgos comparte con el resto de miembros de esta y menos con los de otras categorías.

Una vez que se han formado prototipos todo es más fácil, la compleja variedad de la realidad se ve reducida a un grupo de prototipos. Los prototipos se convierten en puntos de referencia, clasificamos cualquier nueva experiencia comparándola con los prototipos de los que dispongamos, cuanto más parecida sea a algún prototipo más fácilmente se clasificará esta novedad como típica de esa categoría. Si algo se parece a dos prototipos, entonces es difícil de clasificar son considerados como algo híbrido y difícil de manejar.

Figura 2.- Aunque veamos muchos ejemplares diferentes de perro, solo se almacena el prototipo de perro, que se va actualizando a medida que vemos más ejemplares. Se recuerda el prototipo más fácilmente que cada uno de los ejemplares. Como se ve el prototipo es un ejemplar concreto pero tiene menos detalles. Fuente: A. Torralba-Cabeza.

Una gran cantidad de experimentos han demostrado que los prototipos son fáciles de usar, es decir que no implican un gran esfuerzo mental, los prototipos se reconocen antes que los casos atípicos, se recuerdan con más facilidad, se asocian antes con otros conceptos, o sea que cuando pensamos tendemos a echar mano de prototipos  para representar la realidad, razonar, hacer predicciones u otras operaciones mentales.

Veamos un ejemplo del uso preferente de los prototipos, acabe el lector la siguiente frase:

  • Al sonar el disparo del cazador, las aves…

Lo más fácil es que la mayor parte de los lectores piensen:

  • Al sonar el disparo del cazador, las aves emprendieron el vuelo.

Pero claro si las aves fuesen avestruces, pingüinos o gallinas, tendríamos que decir:

  • Al sonar el disparo del cazador, las aves echaron a correr.

Esto ha pasado porque hemos substituido el término” aves”, por su prototipo que es un pájaro que vuela. Es lo más rápido y lo más fácil, aunque se sepa perfectamente que no todas las aves vuelan.

El precio de simplificar

En fin, clasificar el mundo a partir de prototipos es una buena solución para simplificar un mundo complejo y difícil de compartimentalizar. Tenemos unas categorías que están representadas por un prototipo y entre prototipo y prototipo hay diversos casos intermedios y de difícil clasificación que relacionan unas categorías con otras. Pero esta simplificación práctica tiene contrapartidas, la primera de todas en no fijarse en lo atípico, ignorar lo que es de difícil clasificación. Precisamente el aprendizaje, la innovación y la creatividad se basa en romper y recomponer los prototipos, en no quedarse en clasificaciones fáciles.

Los chistes y el humor son, curiosamente una consecuencia de poder sorprendernos de nuestros propios prototipos, miremos esto:

¿Te ama?

¿Te respeta?

¿Te es fiel?

Sí.

Pero …¿Quién es?

¡Mi perro!

Cuando tenemos un prototipo sobre un grupo de personas y añadimos un atributo valorativo, especialmente, negativo, entonces tenemos un estereotipo. Como cuando colgamos el el atributo “delincuente” a una minoría étnica. Los estereotipos llevan a la discriminación, y son un efecto secundario indeseable de la tendencia a la simplificación en prototipos.

En conclusión,

Para poder lidiar con la complejidad de la realidad, se simplifica formando prototipos que representan lo más típico de la realidad, como demostró Eleanor Rosch. Esta simplificación es práctica y permite lo que el eminente psicólogo, Daniel Kahneman, denominada pensar rápido. Pero, por otra parte, nos lleva a ignorar lo atípico, la excepción y lo híbrido lo que reduce la capacidad de aprendizaje. Es más, los prototipos pueden llevar hasta los prejuicios, la suerte es que existe un antídoto: en la medida en se mantenga el sentido del humor se puede poner en cuestión los propios prototipos, estereotipos y prejuicios y reírse de ellos.

Notas.

  • El trabajo de Eleanor Rosch se puede encontrar en;

Rosch, E., & Lloyd, B.B. (1979). Cognition and Categorization. American Journal of Psychology, 92, 561.

En castellano se puede hallar un capítulo excelente sobre la teoría del prototipo en el libro:

Pozo, J.I. (2006). Teorías cognitivas del aprendizaje (9a edición). Madrid: Morata.

  • El trabajo sobre los conceptos naturales de Eleanor Rosch destacó que los conceptos que usan los humanos no tienen una estructura lógico-matemática. Lo curioso y significativo es que este modelo ha sido la base de la que han partido investigadores en Inteligencia Artificial que han conseguido enseñar a máquinas a identificar imágenes, como por ejemplo la notable científica francesa Aude Oliva del del MIT Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory

4 comentarios en “Prototipos mentales, o cómo hacer simple la realidad compleja.

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